Siendo las 12h15 am del domingo 2 de noviembre -tal como me indicó la
última vez el sistema-, ingreso a la página del SNNA para conocer mis
resultados. Esta vez fluye con normalidad, ¿será acaso la hora? Veamos qué pasa
(mi corazón se empieza a aselar):
¡Eh! Por fin sé mi puntaje: 806/1000. Por un lado siento
alegría, porque por fin sé mi puntaje y curiosidad por saber más. Ahí me dan la
opción de saber mis aciertos por cada área: 1) verbal: 25, 2) lógica: 19 y 3)
abstracta 29. Tengo la opción de ver mi examen escaneado, -como para no tener
duda de que se trata de mi examen, mi puntaje, mis errores y mis aciertos;
además, hay la opción de ver las respuestas correctas según cada forma de ENES.
La mía fue la No. 75.
No sé qué más hay que hacer, ¿dónde postulo? ¿Dónde busco a qué carrera
me alcanza mi puntaje? Sigo explorando. Uy! Por la emoción de ver mi puntaje no
me fijé en esta nota: “El puntaje obtenido te habilita para continuar con el
proceso de 'postulación'. Recuerda que debes seleccionar únicamente las
opciones de tu interés (carrera, universidad, jornada, modalidad y campus).
'Postula' responsablemente del 10/11/2014 al 23/11/2014”.
¡Rayos! Aún debo esperar para postular hasta el 10 de noviembre. Qué
triste, qué incertidumbre, qué malestar.
Luego de pasar por la emoción de saber mi puntaje, empiezan a fluir mis
pensamientos que los resumo a continuación:
- ¡Tengo
806 puntos! Cabe señalar dos cosas: 1) tengo un pregrado, una maestría y
otra en curso; y 2) terminé el colegio en 1998, es decir, hace varios años
ya.
- Una
semana antes asistí a cursos preuniversitarios (pagado y autogestionado)
para prepararme y rendir el examen, a pesar de que por la naturaleza de
este examen[1] no
debería haberlo hecho, pues mide aptitudes y habilidades.
- Según
el sistema, mi puntaje me alcanzaría para obtener un cupo para la
universidad, claro, siempre que apruebe la nivelación de carrera o apruebe
el examen de exoneración –EXONERA.
- Recordé
a las y los jóvenes a quienes entrevisté días atrás, quienes me indicaron
que no obtuvieron ningún cupo a pesar de haber incluido 5 opciones de
carrera en la fase de postulación y aun cuando sus puntajes fueron
superiores a 800, y en algunos casos, incluso mayores a 900. ¿Mi puntaje
alcanzará para obtener algún cupo?
- Pienso
en toda la presión que deben estar sintiendo las y los jóvenes en esta
fase. Las presiones individuales, familiares, institucionales y sociales.
Es un momento de auto-valorización y re-valorización social, en las mismas
dimensiones. Yo no me juego mi presente ni mi futuro con este
puntaje, ellas y ellos sí. De todas formas, siento la presión de tener
un buen puntaje debido a la acumulación de títulos que demuestran mi
“éxito” académico.
- Pienso
si este puntaje puede definir las aptitudes para rendir como futuro
estudiante o profesional. En lo personal, mis registros de calificaciones
tienen las más altas calificaciones que sustentan mis títulos, y en lo
profesional no me ha ido nada mal. ¿Hasta qué punto este puntaje
puede definir si merezco o no ingresar a estudiar, prepararme y ser mejor? Y
más aún, ¿Hasta qué punto este puntaje puede identificar y
posicionar en el mundo? Efectivamente, en esta fase se puede
poner en juego la identidad, el futuro académico, profesional, laboral, y
por qué no, el futuro social y hasta familiar. Es decir, este puntaje si
define en este momento a miles de jóvenes, y esto estaría marcando los
diferentes trayectos que vivirán en lo inmediato y mediato.
- Es
ahora un buen momento para que la competitividad aflore entre las y los jóvenes,
para saber quién tiene mejor puntaje, quién obtuvo cupo y quién no. Las
reafirmaciones sociales se ponen en juego, ¿cuántos jóvenes
estarán felices con su puntaje?, ¿cuántos estarán preocupados sin saber si
su puntaje les alcanza o no para ingresar a la carrera y universidad que
aspiran? y ¿cuántos quedaron totalmente fuera, es decir, quiénes no
obtuvieron ni el puntaje mínimo de 600?
- Recuerdo
también que cuando salí del recinto donde rendí el ENES esperaban,
haciendo una colorida calle de honor, varios representantes de los cursos
preuniversitarios, entregando hojas volantes con la información de su
oferta para sobrellevar lo que venía a continuación. Claro, todos o casi
todos quienes cruzábamos el umbral tomábamos esas hojas ante la
incertidumbre de saber “cómo me habrá ido”. En este momento es cuando toma
más fuerza las palabras de un director de un centro particular que oferta
cursos preuniversitarios, quien me dijo: “Ellos [la SENESCYT] crearon el
problema, nosotros creamos la solución”.
Es muy triste, frustrante y preocupante… ¿qué vendrá ahora? ¿Cuáles
serán las reacciones? ¿Cuántos jóvenes tendrán un puntaje que les habilite para
continuar con el proceso de 'postulación'? ¿Cuántos jóvenes, finalmente,
ingresarán a la universidad? ¿Qué pasará con los excluidos del sistema
de educación superior?
Fin de la entrada por hoy. Las palabras/emociones que la resumen:
frustración, preocupación, tristeza, ira.
[1] Art. 5.- “El ENES es un examen de tipo normativo aptitudinal que
consiste en ítems que han de resolverse en un tiempo determinado, que será
indicado en cada convocatoria. El ENES constará de tres partes que evaluarán
habilidades del aspirante en cuanto a razonamiento abstracto, verbal y
numérico.” (Reglamento del Sistema Nacional de Nivelación y Admisión -SNNA).